
La terapia blanco es un tratamiento innovador contra el cáncer que utiliza medicamentos diseñados para atacar específicamente proteínas o moléculas en las células malignas. Este enfoque selectivo ayuda a ralentizar su crecimiento, detener su propagación o destruirlas por completo. A diferencia de la quimioterapia, que afecta tanto a células sanas como malignas, la terapia blanco se dirige a objetivos específicos, lo que reduce el daño a las células normales.

Tipos de terapia blanco
Existen varios tipos de terapia blanco, dependiendo de cómo actúan en el cuerpo y de las características biológicas del cáncer. Uno de los tipos más comunes es la inmunoterapia, que utiliza anticuerpos diseñados para unirse a proteínas específicas en la superficie de las células malignas. Una vez adheridos, estos anticuerpos pueden:
- Activar el sistema inmune: Alertan al sistema inmunológico para que identifique y destruya las células malignas.
- Interrumpir funciones celulares críticas: Bloquean señales que las células cancerosas necesitan para crecer o dividirse.
¿Cómo funciona la terapia blanco?
Dependiendo del medicamento y del objetivo específico, la terapia blanco puede:
- Detener el crecimiento y división celular: Bloquea señales que las células malignas necesitan para reproducirse.
- Prevenir la longevidad anormal de las células cancerosas: Induce la muerte programada de estas células.
- Cortar el suministro de sangre al tumor: Inhibe la formación de nuevos vasos sanguíneos necesarios para alimentar el tumor.
- Estimular el sistema inmune: Ayuda al sistema inmunológico a identificar y destruir las células malignas.
- Transportar quimioterapia a áreas específicas: Actúa como vehículo para llevar medicamentos directamente al tumor.
- Bloquear nutrientes esenciales: Impide que las células malignas obtengan los recursos que necesitan para crecer.
Beneficios y efectos secundarios
La terapia blanco es generalmente menos dañina para las células no malignas en comparación con otros tratamientos como la quimioterapia. Sin embargo, pueden presentarse efectos adversos, que varían según el medicamento y la respuesta del paciente. Algunos efectos secundarios comunes incluyen:
- Efectos autoinmunes: Como inflamación en diferentes órganos.
- Reacciones en la piel: Urticaria o enrojecimiento.
- Síntomas generales: Náuseas, fatiga o cansancio.
- Problemas específicos: Úlceras en la boca.
Es importante recordar que, aunque la terapia blanco puede ser muy efectiva, no todos los tipos de cáncer responden a este tratamiento. En muchos casos, se requiere realizar pruebas específicas para determinar si el tumor tiene las características necesarias para que este tratamiento funcione.
Tu oncólogo es clave
El oncólogo a cargo de tu tratamiento tiene un entrenamiento especializado para evaluar si la terapia blanco es una opción adecuada para tu caso. Su decisión se basa en varios factores, como el tipo de cáncer, las características moleculares del tumor y tu estado general de salud.